Resulta incómodo para algunas personas el tener limitada su movilidad, en tanto suelen subir con dificultad escaleras y el poder agacharse puede ser una tarea ardua en casos de padecer artrosis.Artrosis reduce movilidad

Esta es una enfermedad que afecta a las articulaciones, causando dolor, rigidez e inflamación. Es muy común entre las personas mayores, pero también puede afectar a los jóvenes por diferentes motivos.

Queremos que estés al tanto de los últimos avances para tratar dolencias como la artrosis de rodillas, caderas, hombros, entre otros. En este post te diremos todo lo que necesitas saber sobre la artrosis: qué la provoca, cómo se puede tratar y qué consejos puedes seguir para mejorar tu calidad de vida.

¿Te interesa? Pues sigue leyendo y descubre más sobre esta patología tan frecuente.

¿Qué provoca la artrosis?

La artrosis se produce por el desgaste del cartílago, que es el tejido que recubre los extremos de los huesos y que permite que se deslicen entre sí sin rozarse. Cuando el cartílago se deteriora, los huesos se rozan y se dañan, provocando dolor e inflamación. Además, se pueden formar unos crecimientos óseos llamados osteofitos, que deforman la articulación y limitan su movimiento.

La artrosis puede afectar a cualquier articulación del cuerpo, pero es más frecuente en las rodillas, las caderas y los hombros. Estas articulaciones soportan mucho peso y se usan mucho en la vida diaria, por lo que sufren más desgaste.

Las causas de la artrosis no se conocen con exactitud, pero se cree que intervienen varios factores, como:

  • El envejecimiento: con el paso de los años, el cartílago se va desgastando y pierde su capacidad de regenerarse.
  • La genética: algunas personas tienen una mayor predisposición a desarrollar artrosispor herencia familiar.
  • El sobrepeso: el exceso de peso supone una carga extra para las articulaciones, especialmente para las rodillas y las caderas, por lo que se acelera su desgaste.
  • Las lesiones previas: los traumatismos, las fracturas o las cirugías pueden dañar el cartílago y favorecer la aparición de artrosis.
  • El uso excesivo de las articulaciones: algunas actividades laborales o deportivas que implican movimientos repetitivos o de alto impacto pueden sobrecargar las articulaciones y provocar su deterioro.
  • Algunas enfermedades inflamatorias: como la artritis reumatoide, la gota o la diabetes pueden afectar al cartílago y causar artrosis.

La artrosis es una enfermedad muy frecuente en España. Se estima que afecta al 10 por ciento de la población adulta, pero este porcentaje aumenta al 40 por ciento cuando se superan los 70 años.

Además, con el aumento de la esperanza de vida, se prevé que cada vez haya más personas con esta patología. La artrosis tiene un gran impacto en la calidad de vida de los pacientes, ya que les provoca dolor, limitación funcional e invalidez. También tiene un gran coste económico para la sociedad, ya que genera gastos sanitarios, bajas laborales y consumo de medicamentos.

¿Cómo se puede tratar la artrosis?

El tratamiento de la artrosis tiene como objetivo aliviar el dolor, mejorar la funcionalidad y la calidad de vida de los pacientes y frenar el avance de la enfermedad. Para ello, se pueden emplear diferentes opciones terapéuticas, como:

  • Los medicamentos antiinflamatorios y analgésicos: ayudan a reducir el dolor y la inflamación de las articulaciones. Se pueden tomar por vía oral o aplicar en forma de cremas o geles sobre la zona afectada. Sin embargo, estos medicamentos pueden tener efectos secundarios indeseados, como irritación gástrica, problemas renales o cardiovasculares. Por eso, se deben usar con precaución y bajo supervisión médica.
  • Los suplementos nutricionales: son sustancias que contienen componentes del cartílago, como el colágeno, la glucosamina o el condroitín sulfato. Se cree que pueden ayudar a mejorar el estado del cartílago y a retrasar su desgaste. Sin embargo, su eficacia no está demostrada científicamente y pueden tener interacciones con otros medicamentos. Por eso, se deben consultar con el médico antes de tomarlos.
  • La fisioterapia y la rehabilitación: consisten en realizar ejercicios y masajes que ayudan a mantener el tono muscular, a lubricar las articulaciones y a mejorar la movilidad. Se recomienda hacerlos de forma regular y adaptada a las posibilidades de cada uno, sin forzar demasiado las articulaciones. También se pueden usar técnicas como la electroterapia, la termoterapia o la hidroterapia, que pueden aliviar el dolor y la inflamación.
  • La cirugía: es la última opción cuando los tratamientos anteriores no son suficientes o cuando la articulación está muy dañada. Consiste en reemplazar la articulación por una prótesis artificial que permite recuperar el movimiento y eliminar el dolor. Se trata de una intervención mayor que requiere una preparación previa y un postoperatorio cuidadoso. No todas las personas son candidatas a esta operación, por lo que se debe valorar con el médico los riesgos y los beneficios.

Estos tratamientos pueden mejorar los síntomas de la artrosis, pero no curan la enfermedad ni regeneran el cartílago. Por eso, desde nuestra institución y desde este post, te ofrecemos dos tipos de tratamientos innovadores y efectivos para esta patología tan importante y tan frecuente:

Tratamiento con señales electromagnéticas

  • Este tratamiento consiste en aplicar un dispositivo que emite unas ondas que estimulan la regeneración del cartílago y reducen la inflamación y el dolor. Se trata de un tratamiento indoloro, seguro y cómodo que se realiza en sesiones de unos 20 minutos durante varias semanas.
  • El tratamiento con plasma rico en plaquetas: consiste en extraer una muestra de sangre del propio paciente y procesarla para obtener un concentrado de plaquetas que contiene factores de crecimiento y otras sustancias beneficiosas para el tejido cartilaginoso. Este concentrado se inyecta en la articulación afectada en dos o tres sesiones con una periodicidad de un mes. Se trata de una terapia regenerativa que mejora el estado del cartílago y disminuye el dolor y la rigidez.

La combinación de estos dos tratamientos es una opción muy recomendable para los pacientes con artrosis, ya que les permite recuperar su movilidad, su bienestar y su autonomía sin necesidad de recurrir a intervenciones quirúrgicas o a medicamentos con efectos adversos.

¿Qué consejos puedes seguir para mejorar tu artrosis?

Además de seguir el tratamiento adecuado para cada caso, los pacientes con artrosis pueden adoptar una serie de medidas que les ayuden a mejorar su condición y a prevenir el empeoramiento de su enfermedad. Algunos consejos son:

  • Hacer ejercicio moderado y adaptado a las posibilidades de cada uno. El ejercicio ayuda a mantener el tono muscular, a lubricar las articulaciones y a evitar el sobrepeso. Lo ideal es realizar actividades de bajo impacto, como caminar, nadar o hacer bicicleta. Se recomienda hacerlo en tandas cortas y sin forzar demasiado las articulaciones.
  • Cuidar la alimentación y evitar el exceso de peso. Una dieta equilibrada y variada que incluya alimentos ricos en calcio, vitamina D, omega 3 y antioxidantes puede contribuir a mejorar la salud ósea y articular. Por el contrario, se deben evitar los alimentos procesados, las grasas saturadas, el azúcar y el alcohol. El sobrepeso supone una carga extra para las articulaciones, especialmente para las rodillas y las caderas, por lo que se aconseja mantener un peso adecuado.
  • Aplicar calor o frío en las zonas doloridas. El calor ayuda a relajar los músculos y a mejorar la circulación, mientras que el frío reduce la inflamación y el dolor. Se puede alternar el uso de ambos según la conveniencia de cada momento. Se pueden utilizar bolsas de agua caliente, mantas eléctricas, compresas frías o bolsas de hielo, siempre con una tela o una toalla entre la piel y el elemento térmico para evitar quemaduras o lesiones. Se debe aplicar el calor o el frío durante unos 15 o 20 minutos, varias veces al día, según la necesidad de cada uno.
  • Usar ayudas técnicas si es necesario. En algunos casos, puede ser útil el uso de bastones, muletas, andadores, rodilleras, plantillas u otros dispositivos que faciliten el movimiento y alivien la presión sobre las articulaciones. Estas ayudas deben ser prescritas y adaptadas por un profesional sanitario para garantizar su correcto uso y su eficacia.
  • Consultar al médico ante cualquier duda o problema. La artrosises una enfermedad crónica que requiere un seguimiento médico periódico y un tratamiento personalizado. Es importante acudir al médico ante cualquier signo de empeoramiento, como un aumento del dolor, una limitación del movimiento o una deformidad articular.

Asimismo, se debe consultar al médico antes de iniciar cualquier tratamiento alternativo o complementario, ya que puede haber interacciones o contraindicaciones con el tratamiento habitual.

La artrosis es una enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo y que puede limitar su calidad de vida. Sin embargo, con un diagnóstico precoz, un tratamiento adecuado y unos hábitos saludables se puede conseguir controlar los síntomas y mejorar el bienestar de los pacientes.

Si usted padece artrosis o conoce a alguien que la sufra, no dude en contactar con nosotros para informarse sobre nuestros tratamientos innovadores y efectivos. Estaremos encantados de atenderle y de ofrecerle la mejor solución para su caso.