Se desarrolla a través de cuatro fases en las que se evalúan y diagnostican de forma escalonada y progresiva las alteraciones de variables que interfieren con la mejora funcional. Aspectos como la presencia de dolor, sensibilización neurológica periférica y central, o alteraciones de la coordinación, fuerza y resistencia neuromuscular, son ejemplos de los hitos estudiados en este proceso.
Cada fase finaliza cuando se evidencia mediante pruebas diagnósticas funcionales la normalización de las respuestas de las dianas terapéuticas sobre las que se ha actuado selectivamente en dicha Fase, dando paso a otras en la que actuará selectivamente sobre otras dianas terapéuticas.
Las estadísticas demuestran el éxito obtenido con la aplicación del MT.