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Muchas personas deciden iniciar una terapia psicológica cuando sienten que sus
emociones, pensamientos o conductas afectan su bienestar o dificultan su día a día.
A veces hay un motivo claro; otras, simplemente sabemos que algo no está bien.

Estas son algunas de las razones más comunes por las que se busca apoyo
psicológico:

Trastornos de ansiedad:

Preocupación excesiva, ataques de pánico, fobias o
ansiedad social.

Depresión:

Tristeza persistente, apatía, cansancio o sensación de vacío.

Estrés crónico:

Sobrecarga emocional por motivos laborales, familiares o personales.

Dificultades en las relaciones:

Problemas de pareja, conflictos familiares o aislamiento social.

Problemas de autoestima:

Inseguridad, autocrítica constante o sentimiento de no ser suficiente.

Trastornos del sueño:

Dificultad para conciliar o mantener el sueño, despertares frecuentes.

Duelo:

Afrontamiento de una pérdida significativa, ya sea reciente o no elaborada.

Trastornos alimentarios:

Relación conflictiva con la comida, la imagen corporal o el control.

Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT):

Recuerdos intrusivos, hipervigilancia o evitación tras experiencias traumáticas.

Crisis vitales o existenciales:

Etapas de cambio, búsqueda de sentido o pérdida de rumbo.

Dolor crónico y enfermedades crónicas:

Afrontar el impacto emocional de vivir con malestar físico persistente o condiciones médicas de larga duración, manejar la frustración, la incertidumbre o el agotamiento y fortalecer recursos.
Estas son algunas de las razones más comunes por las que se busca apoyo
psicológico:

Trastornos de ansiedad:

Preocupación excesiva, ataques de pánico, fobias o
ansiedad social.

Depresión:

Tristeza persistente, apatía, cansancio o sensación de vacío.

Estrés crónico:

Sobrecarga emocional por motivos laborales, familiares o personales.

Dificultades en las relaciones:

Problemas de pareja, conflictos familiares o aislamiento social.

Problemas de autoestima:

Inseguridad, autocrítica constante o sentimiento de no ser suficiente.

Trastornos del sueño:

Dificultad para conciliar o mantener el sueño, despertares frecuentes.

Duelo:

Afrontamiento de una pérdida significativa, ya sea reciente o no elaborada.

Trastornos alimentarios:

Relación conflictiva con la comida, la imagen corporal o el control.

Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT):

Recuerdos intrusivos, hipervigilancia o evitación tras experiencias traumáticas.

Crisis vitales o existenciales:

Etapas de cambio, búsqueda de sentido o pérdida de rumbo.

Dolor crónico y enfermedades crónicas:

Afrontar el impacto emocional de vivir con malestar físico persistente o condiciones médicas de larga duración, manejar la frustración, la incertidumbre o el agotamiento y fortalecer recursos.

Si alguna de estas situaciones resuena contigo, buscar apoyo profesional puede
ayudarte a comprender lo que estás viviendo y encontrar formas de sentirte mejor.

Mi enfoque terapéutico

Trabajo desde una perspectiva integradora, combinando diferentes enfoques
según tus necesidades y ritmo. Algunas de las terapias que utilizo son:

Terapia Cognitivo-Conductual (TCC):

Para identificar y transformar pensamientos y comportamientos que generan malestar.

Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT):

Para ayudarte a relacionarte de manera más flexible con tus emociones y avanzar
hacia lo que realmente valoras.

Terapia Sensoriomotriz:

Una propuesta cuerpo-mente que permite trabajar experiencias emocionales desde una base somática, especialmente útil en el tratamiento del trauma.

El espacio terapéutico es confidencial, seguro y sin juicio. Mi propósito es acompañarte con respeto, empatía y herramientas eficaces hacia el bienestar emocional que estás buscando

Tratamiento psicológico del dolor crónico: un enfoque integral y personalizado

En Teryos sabemos que el dolor crónico es mucho más que una experiencia física.Según la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor, se trata de una “experiencia sensorial y emocional desagradable asociada o similar a la asociada a una lesión tisular real o potencial”. Esta definición refleja una realidad que vemos a diario en consulta: el dolor afecta tanto al cuerpo como a la mente.

Por eso, en Teryos abordamos el dolor crónico desde una perspectiva integral. Nuestro enfoque combina la eficacia de la medicina bioelectrónica no invasiva —que actúa directamente sobre los mecanismos físicos del dolor— con un tratamiento psicológico especializado que trabaja sobre su dimensión emocional y conductual.

Cora 2
Cora 1

¿Por qué es necesario un abordaje psicológico?

El dolor crónico no siempre está relacionado con un daño físico actual. En muchos casos, persiste incluso después de que los tejidos se han recuperado, debido a que el sistema nervioso se ha vuelto más sensible y reactivo. Esto hace que las señales de dolor se amplifiquen y se mantengan en el tiempo.

Desde la psicología, trabajamos sobre cómo la persona piensa, siente y actúa frente al dolor, con el objetivo de reducir su intensidad, mejorar la calidad de vida y recuperar el bienestar emocional.

Un modelo basado en la evidencia

En Teryos, el tratamiento psicológico del dolor crónico se fundamenta en un enfoque personalizado, respaldado por la investigación científica más actual.

Combinamos distintas terapias con eficacia demostrada para ayudarte a relacionarte de forma más saludable con el dolor:

  • Terapia Cognitivo-Conductual (TCC): para identificar y cambiar pensamientos y conductas que agravan el dolor.
  • Mindfulness: para desarrollar una atención plena y una actitud más compasiva hacia la experiencia del dolor.
  • Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT): para aprender a aceptar el dolor sin resignación y actuar en función de lo que realmente importa.

Este enfoque te proporciona herramientas prácticas y efectivas para gestionar el dolor crónico con mayor autonomía, reducir el sufrimiento añadido y mejorar tu calidad de vida.

Terapias

Cinco pilares del tratamiento psicológico en Teryos

Educación sobre el dolor

Comprender cómo funciona el dolor y el papel del sistema nervioso es el primer paso para reducir el miedo y recuperar el control. La psicoeducación permite desmontar creencias erróneas y desarrollar una actitud más activa frente al dolor.

Reducir el daño percibido

A través de técnicas de relajación, Mindfulness y estrategias de aceptación, enseñamos a interpretar el dolor como una experiencia molesta, pero no necesariamente amenazante. Esto disminuye el miedo, la ansiedad y la respuesta emocional negativa.

Fomentar conductas adaptativas

El miedo al dolor puede llevar a evitar actividades importantes, generando aislamiento y pérdida de funcionalidad. Mediante una exposición progresiva, ayudamos a recuperar la confianza, la autonomía y la calidad de vida.

Procesamiento emocional saludable

Emociones no expresadas o mal gestionadas pueden intensificar la experiencia del dolor. Nuestro tratamiento incluye el reconocimiento, expresión y manejo emocional como parte fundamental del proceso terapéutico.

Mejora de relaciones interpersonales

El entorno social influye directamente en la vivencia del dolor. Por eso, trabajamos el desarrollo de habilidades de comunicación y relaciones más saludables, favoreciendo un entorno de apoyo y comprensión.

Cinco pilares del tratamiento psicológico en Teryos

Madre-hija

No solo se trata de aliviar el dolor. Se trata de ayudarte a vivir mejor con él, recuperar tu autonomía y volver a disfrutar de tu día a día con mayor tranquilidad y confianza.

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